Eduardo Haro Tecglen (El niño republicano)

Tú habrás podido ser
un conductor de hombres
o un hombre conducido,
esto no importa.
Lo que sí importa, hermano,
es saber hasta dónde
pudo llegar
y no llegó tu savia
- ya sabes cuánto hay de inevitable
en esto de ser hombre -,
en que serás juzgado
por aquel que no fuiste
y que, en esencia eras.
Y yo te digo
que no existe sentencia comparable
a la que,
exacta,
nace de uno mismo.
Bien, si es para bien:
mal, si es para mal.

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