Georg Brandes (Nietzsche - Un ensayo sobre el radicalismo aristocrático)

La enfermedad penosa, dolorosa, que comienza a manifestarse cuando tenía treinta años de edad y que durante largos periodos le obliga a una existencia de eremita, lo desprende de todo romanticismo y lo libera de decadencias venerables. Ella lo aleja radicalmente del pesimismo, al que condena en este pensamiento altivo <<El que sufre no tiene derecho de ser pesimista>>. La enfermedad lo hace filósofo en el sentido estricto de la palabra. Su pensamiento, ávido de investigaciones, se interna en los senderos prohibidos: esto es considerado como un valor. ¿ No se podría decir lo contrario? ¿Es esto considerado como un bien ¿ No es más bien un mal? ¿Pero sería pretender que el diablo lo sea igualmente? ¿No estamos nosotros equivocados? ¿ No somos engañadores y engañados todos?
Entonces de la larga enfermedad nace el deseo apasionado de la salud y de la alegría que acometen al convaleciente frente a la vida: la luz, el calor, la alegría y la libertad de espíritu y horizontes de pensamientos, visiones de auroras nuevas, de fuerza creadora, de poder poético. Y entra durante largo tiempo en el estado de noble orgullo y de éxitos, fenómenos concomitantes de la actividad creadora.

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