Mario Perniola (Del sentir)

La ideología presiona al sentir para que, de manera decidida y categórica, opte por una opinión y la transforme en una creencia, en algo más operativo, más estable, más vital que el simple pensar. Dicho de otro modo, la ideología demanda al sentir que se adhiera y se comprometa con un conjunto de ideas ya pensadas y que se obligue a una relación de solidaridad emotiva con los intereses de una colectividad dada. Mientras para el funcionamiento del aparato burocrático el sentir es indiferente, tanto que se puede organizar en un universo interior con la única condición de que no interfiera en el mundo concreto, para la ideología es esencial su sometimiento. La ideología, en efecto, no puede prescindir de la aportación de elementos emotivos, efectivos y sensitivos, que son fundamentales para que la balanza de la opinión se incline hacía su lado.

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